Breves comentarios a propósito de Cradle of Filth en SLP:
1. Dani Filth es Cradle. Cradle es Dani Filth. No importa qué alineación traiga la banda y no importa cuándo lea usted esto.
2. El hombrecillo en cuestión ha sido capaz de implementar, desarrollar y mantener todo un estilo vocal, que requiere una técnica muy específica y que no cualquiera puede replicar. Y después de treinta años, es impresionante cómo ha logrado conservarlo casi intacto.
3. Una de las cosas que me daban más curiosidad, era apreciar en vivo el peculiar estilo letrístico de la banda. Comprobé que funciona, básicamente, gracias a los golpes silábicos en la pronunciación y a una conveniente división fonética. El Filth es un crack a la hora de escribir textos con ritmo propio, independiente de la música.
4. Temas como “Cruelty brought thee orchids” o “The principle of evil made flesh” han probado, con creces, su resistencia al paso del tiempo. Tremendas rolas.
5. El Filthy es un cabrón astuto: siempre va a elegir tecladistas/vocalistas femeninas con timbres similares, suficiente presencia y técnicas lo bastante desarrolladas para que suenen como en las grabaciones, pero no tanto como para que opaquen su propia ejecución vocal.
6. Algunas canciones recientes, como “Crawling king chaos” o “She is a fire”, podrían ser fácilmente intercambiables por algunos de sus mayores momentos noventeros. Creo que eso habla bien de la evolución y coherencia de la banda.
6. Qué cabrona buena rola es “Born in a burial gown”. Y qué sorpresa escucharla en directo, considerando que es un tema de un EP no precisamente representativo en su carrera. Fue mi momento favorito de la noche.
6. Chidas las Kalakas y todo, ¿pero a quién coños se le ocurrió poner a una banda de skacore a abrir un chou de gothic-black metal? Bizarrez pura. Gran concierto.
Texto de: Néstor Pompeyo Granja / Fotografía: RockEnSanLuis